Su alto consumo genera:
1. Aumento del colesterol LDL “colesterol malo”: este en exceso puede acumularse en las paredes de las arterias, formando placas que las estrechan y endurecen, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
2. Reducción del colesterol HDL “colesterol bueno”: El HDL ayuda recogiendo el exceso de colesterol de las células y tejidos para su desecho. Esto ayuda a prevenir la acumulación de colesterol en las arterias, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
3. Resistencia a la insulina: aumentando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
En resumen, el consumo excesivo de grasas saturadas puede tener varios efectos negativos
en la salud. Por lo tanto, se recomienda limitar la ingesta de grasas saturadas y optar por fuentes más saludables de grasas, como las grasas mono y poliinsaturadas.
Es por esto que se recomienda consumir alimentos que nos aportes grasas saludables como por ejemplo la palta, los frutos secos y semillas, los pescados, el aceite de oliva, entre otros.
Si deseas llevar una dieta saludable, baja en grasas saturadas, sin tener que cocinar, revisa nuestros planes de alimentación.